domingo, 30 de diciembre de 2018

DESAHOGO; desahogo; d e s a h o g o;


Este año he perdido tanto.

He perdido presencias, materia y alma.

He perdido uniones que creí serían duraderas.

He perdido respeto y confianza. Nada es lo que aparenta.

¿Por qué te fuiste si ibas a ocasionar todo esto a tu partida?

Me siento tan confundida ahora mismo. No sé qué es lo que se supone que debería tomar como verdad.

Tampoco existen verdades absolutas. Nada es lo que aparenta.

Estoy dando vueltas, dando paradas en lugares que creo sentirme segura solo porque no quiero complicarme todo. Porque me da miedo hablar de ciertas cosas. Me da miedo juzgar y acertar. No quiero sentir que pierdo el rumbo una vez más. Solo quiero seguridad. Y tú no debiste irte dejando todo este desastre aquí.

Las cosas están cambiando. Ya no es como antes.

Quisiera volver un año atrás. Yo era feliz junto a mi mejor amigo que ya partió, además, ella seguía aquí. Todo iba bien. Nadie estaba enfermo, nadie se peleaba, nadie lloraba, nadie se alejaba. En cambio, hoy todo es cuestionable.

El día primero de enero quiero irme a otro lado. Quiero ser feliz, volver a serlo luego de tanto drama en este lugar. No quiero visitar su casa porque no me haría bien. Más bien, quiero salir y caminar y sentir que el día es bonito. Pasar un día agradable sin pensar en lo que se vendrá el año que viene. Porque muchas cosas cambiarán el año que viene. Y yo no quiero afrontarlas sin haber sentido la paz y felicidad con anterioridad.

Tanto se viene destapando y ya no quiero saber nada más. Pasan los días y me entero de más cosas y no quiero más.

La vida cuando dejas de ser una niña es muy dura.

Debiste de haber preveido que esto iba a pasar. No debiste irte así. Por qué dejaste que esto pasara. Mira lo que has cosechado. Todo esto está sucediendo por ti. Nada bueno sucedió con tu partida.

Pero, ¿sabes una cosa? El 12 de enero tu nombre estará presente en mi graduación. Todos los sabrán. Y tú tendrás que ver mis logros a partir de ahora, porque siempre que los viva, yo te mencionaré. Y así verás cuánto creceré sin ti. Todo lo que tenga tú lo verás. Y tal vez, solo tal vez, puedas alegrarte al menos una mínima parte por mí. El resto no me importa. Porque eso era lo que me repetías siempre que te visitaba, ¿no? Estudiar, ser profesional, lograr muchas cosas. Y si todo eso que me decías fue en algún momento pronunciado con sinceridad en tu corazón, alégrate por mí.

Alégrate por tu hijo y mi familia, que hizo lo que soy ahora. No tú. Yo no soy tú.

Yo soy y seré siempre distinta a ti. Yo no soy una persona cuestionable.

Yo haré mejor las cosas.

Porque ese es el reflejo de mi familia.

Y gracias por haber vivido siempre indiferente a ella.






No hay comentarios:

Publicar un comentario