viernes, 2 de junio de 2017

310517 Mínima y tranquila

¿alguna vez les ha pasado que las cosas de la vida los golpean tan fuerte de un momento a otro que los superan y terminan por ceder a su capricho de volverlos lo mínimo?

ese día yo me encontré en esa situación

había perdido por un breve lapso la conciencia y todo se tornó borroso, las voces como ecos y mi cuerpo, helado, pálido y pesado se me volvió una carga de pronto.

como a las 9:30am me sentí débil. pero ya no físicamente, sino emocionalmente.

me sentí sola. no pedí la ayuda de nadie pero tampoco sentía que no la necesitaba. pero a la vez quería ocuparme de esto yo sola porque así de huraña soy. o tal vez no quería agrandar más el asunto. o no. claro, solo era miedo.

miedo de quebrarme justo en el momento en que se lo esté contando a alguien. apenas podía pronunciar palabra alguna ante esos extraños. no les preocupaba. 

de pronto solo quise llorar, tanto del dolor físico como por el dolor en mi corazón. me sentí débil y pequeña, sin lugar por dónde huir. 

me dolía y no quería hablar con nadie más porque mi voz no lo soportaba. ¿por qué me estaba pasando a mí eso?

entonces me fui al baño a llorar. así como me sucedió el año pasado donde no soporté más y terminé llorando por primera vez en la facultad, ese día me tocó tener que llorar por segunda vez en la universidad. es que ya no pude soportarlo más, todo iba en mi contra y necesitaba sacar esa sensación, ese peso, ese dolor de mí. 

lloré corto, lloré débil, a solas pero en silencio, como con miedo de que alguien pueda oír mi muestra de debilidad. lloré por cinco minutos y eso fue todo.

lo saqué. solo necesitaba eso. un respiro y liberar esa carga. mi dolor físico superó lo otro y así estaba mejor.

a lo que quiero llegar es a que en ocasiones no podré evitar volverme a mi mínimo y eso no está mal. el problema es que en el momento yo no puedo entender eso y lucho contra mis lágrimas. no las quiero soltar. 

el día miércoles tuve un accidente en el transporte y me sentí tan débil. pero ese día lloré a solas, lloré callada, lloré para mí y ahí terminó. lloré de pena hacia mí misma, lloré de dolor, lloré de soledad, lloré porque me sentí como esa vez que de niña perdí de vista a mamá en medio de la multitud y solo permanecí parada en el mismo lugar... hasta que apareció. y todo volvió a ser como antes.

quince años después, sigue apareciendo. y eso es hermoso.

así fue que el miércoles esperé y apareció y todo volvió a ser como antes.

más tarde fueron las amistades y luego todo tomó su orden nuevamente en mi vida.

ya pasó.

¿llegaron a ver la película animada Inside out? el mensaje de esa película siempre lo rememoro cuando me pasan las cosas más tristes en mi día a día que terminan por atraer los momentos más agradables y en compañía. 

me siento más tranquila ahora. y si lloro es porque eso me conmueve.