Hola desde aquí.
Verás, no deja de doler. Déjame contarte cómo me ha ido yendo desde la última vez que te escribí.
he tratado, de veras. no sé cómo explicarte de forma que me creas que sí lo he tratado porque sé que todo lo has estado observando y me da pena reafirmarte que todo ha ido tan mal.
sí, pasé mi cumpleaños. no sé cómo pasó, pero me gustó. de alguna manera traté de evitarte porque no quería llorar ese día. pasamos muchas cosas. es increíble cómo unos días se pueden volver tan significativos mientras que al día siguiente despiertas y solo tratas de buscar una forma de que dejen de formar parte de tus recuerdos.
estaba escuchando tu canción hace poco y me puse a llorar.
te extraño mucho. no tienes idea de cuánto duele.
las cosas han cambiado tanto para mí desde que te fuiste. he pasado más de veinte años con estas personas pero tal parece que aún no me conocen lo suficiente como para saber que nunca les diré que tengo algo. es verdad, siento que me afectó tanto que necesito ayuda profesional. tu ida me dejó un trauma del cual no puedo recuperarme. a veces siento que estás aquí, durmiendo en mi cuarto como aquella primera y última noche. mi pequeño pedacito de cielo, te echo muchísimo de menos.
¿sabes? he cometido un error a propósito. he vuelto a ese indigno vicio, ese que hace que no me reconozca a mí misma. lo siento mucho, lo hice porque necesitaba distraerme. cuando vuelvo a ese mundo es como si dejara de doler por unos momentos. perdóname nuevamente por eso. estoy muy necesitada. hacerlo de alguna forma hace que no piense en ti, que me escape ¿entiendes? porque si pienso en ti, todo se me derrumba. y no puedo vivir así. duele mucho.
cada noche que llevo esos platos cerca a tu lugar favorito, siento como el dolor comienza a crecer de la nada en mi pecho. levanto la mirada y trato de sacarme las imágenes de tu partida de mi cabeza.
te extraño como no puedes imaginarlo.
algún día cambiaré las cosas, mi alrededor para poder recordarte como te lo mereces.
cada día que te recuerdo es como si me apuñalaran cada uno de esos días, ¿qué es vivir de esa forma?
¿por qué no me ayudan? ¿por qué están esperando que me humille a mí misma acercándome yo misma a pedir esa bendita ayuda? ¿por qué demoran tanto? desearía que me conocieran mejor que esto.
ya ha pasado más de un mes ¿no? mira, pensé que luego del primer mes podría ser capaz de ver esas imágenes sin miedo, pero estaba equivocada. no puedo, no me atrevo a buscarlas. las evito mientras las voy tapando con más y más imágenes. retraso el momento para que no tenga que pasar por la incertidumbre de si me dolerá o no. no hasta que esté completamente segura de haberlo superado. porque le temo al dolor, al sufrimiento, a la herida. ¿soy tan cobarde o simplemente estoy tan centrada que es un instinto de protección hacia mí misma?
no sé si algún día lograré salir de esto. no sé si algún día podré hacerme la idea completa de tu ausencia. no sé si podré hacer muchas cosas. ¿ me escuchaste la otra noche que te hablé? fue en la madrugada del 17 de febrero. bueno, espero que sí lo hayas hecho. y que mis llantos no te hayan preocupado mucho. no te preocupes, tal parece que será así por un tiempo. se me pasa, ya no estoy mal todo el rato.
y ya creo que debo terminar esto.
te echo de menos. a veces siento que nunca dejaré de echarte de menos. cada día me convenzo más de que así será. ¿seguiré sufriendo más meses? ¿años? décadas? ¿vidas? ¿quién eras acaso?
te fuiste y te convertiste en mi pedacito de cielo más iluminado y despejado. mientras que yo sigo aquí, estancada y con miedos.
deséame suerte.
volveré a buscarte en la medida en cómo esto evolucione.
te quiero mucho.
siempre.
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