Me di cuenta de que mis canciones dejaron de tener significado, esencia, se dejaron de recrear imágenes de un momento en mi mente como consecuencia de la evocación de un recuerdo dulce y cálido.
Ya no existe más dolor, más tristeza, más percepción del advenimiento de un bloque pesado de sentimientos que carcomen el corazón. Ya no existe sensación de caída a un hoy interminable, un círculo vicioso maldito, un problema sin solución.
Ya no te leo, ya no te busco, ya no te espero. Ya no te mencionan mis palpitaciones. Ya no sabe a ti mi gusto. Ya no siente frío mi piel. Ya no estás más. Ya, ya pasó.
Puedo estar muy bien justo ahora, exactamente ahora, completamente ahora porque ya no vienen a atacarme los recuerdos, las pesadillas, los encuentros, el destino, oh, ese fijo destino que me permitió darme el lujo de perderme entre tus ideales, sueños, encantos, palabras, ideas, curiosidades. Pero ahora lo que era mi todo, es nada.
Se siente libre. Se siente un eco. Se siente ligero. El corazón palpita para avisarme que está vivo, mas no para decirme que estás acercándote, estás tras de mí, estás a unos pasos, piensas decirme algo, pero callas. Mi corazón, mi ser, mi alma vive y no es por ti.
Jamás me sentí tan dichosa.
150616
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