domingo, 2 de octubre de 2016

desestrés

Solo apareció, fluyó, me enredé y terminé aquí.

Me descubrieron y huí. Me acusaron y me escapé. Pero un sonido me hacia eco.

Ahí estaba, pensé. Podría pasar, seguí pensando.

Entré y me encerré. Y las acusaciones me cayeron encima. Y dolieron más aun.

Pero ahí seguía.

Y me enredé. No pude evitarlo. Me encanta.

Es como un vicio, ¿saben? Pero no me ata por la adicción, sino por lo prohibido que es.

Él es prohibido. Y sabe mejor así.

No me detuve. No me contuve. ¿Por qué lo haría?

Me enredé. No supe cómo acabar.

El cuchillo de la mirada me penetró tanto y no pude huir más.

Porque me enredé y me acusaron y me escapé y me dejé llevar de más y me enredé.

Me duele.








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